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Vadio soltó la taza para las galletas de la mañana. Si fuera solo para una persona, habría elegido concertar una reunión a través de la aplicación, pero ese no fue el caso. Vagabundo no se conforma con una sola polla. Es como ir a un restaurante y comer un plato preparado mientras al lado hay un completo buffet con 40 opciones de platos. Allí se dirige, en el centro de la ciudad, a primera hora de la mañana. Pasó por la cabaña y tomó su primera leche de la nueva y gruesa polla. Pero pronto se fue y acabó pateándole el trasero en la plaza, en plena calle a los maloqueiros que dormían bajo la marquesina.