El pintor se sentó en el sofá y dejó que el ternero tomara pintura del pincel. Todo fue normal el primer día de pintura en la propiedad. Pero tan pronto como el hombre estuvo ausente, su empleado se puso travieso. Preguntando si quería agua, café, todos atentos. Macho sabe que la amabilidad de un hombre gay nunca está exenta de interés y le siguió el juego. Estaba muy seco así que acepté el avance del retoño, me senté en el sofá y lo dejé trabajar en el cepillo.
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