El marido de alquiler ofrece un servicio completo y proporciona ese poco de soldadura. Todo empezó en la empresa donde trabaja, esa amistad con João, el chico de mantenimiento. Siempre que venía a solucionar problemas, con grifos, enchufes, cosas así, intercambiaba una buena idea. Hasta que llegaron al tema que el niño quería: sexo. El anciano le entregó el oro diciendo que su jefe no podía soportar su lujuria y por eso la golpeaba todos los días. Sólo los que no tienen un culo que follar, ¿no? esa fue la señal...
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