Eso fue todo

El vecino bebió vodka y empujó al gordito. Muchas de las cosas de la vida las dejamos de hacer por puro miedo o por falta de actitud. Este era el joven, lleno de ganas de recibir un palo en el culo. El blanco de sus insultos era su vecino, un hombre moreno de 25 años. Pero no sabía cómo llegar hasta él, y mucho menos si podría soportar el látigo. Hasta que una noche lo despertó un ruido. Era el tipo que llegaba armado con una botella de vodka hacia el final. Así es más fácil acercarse, pensó. Llamó para intercambiar una idea y algo acabó pasando. El macho intentó empujar la polla en seco, un poco torpemente hasta que logró hacerlo. No pasó mucho tiempo y soltó la crema directamente en la vagina del bastardo, que por primera vez realmente salió bien.