Se disfrazó de mujer para quitarle la polla al motociclista de la empresa. El motociclista es un tipo de perro grande. Arrastró su ala a todos los culos faldeados de la zona y finalmente empezó a llegar a su lado con quejas. Él pasaba y me daba palmaditas en el trasero y me decía: todavía vas a ser mi putita. ¡Ponte unas bragas y te comeré el culo! El hombre gay se rió y ni siquiera podía imaginarse entregando su ropa interior, pero se sintió cachondo por el chico de la basura y comenzó a pensar en la idea. Ni siquiera necesitó pensar mucho porque la cabra llegó con una bolsa, se la entregó y le dijo: aquí tienes tu regalo. Pon esto en la noche de hoy...
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