Turista codicioso fue a Recife y pagó para que lo asaltaran – 2. Para un hombre heterosexual, el fiofó es sagrado y no lo haría ni aunque pagara. Ahora los niños pequeños no sólo dan, sino que pagan para que les destruyan sus pliegues. Eso es porque lo más excitante es una gran polla negra, algo que al negro le sobra y cobra su tarifa por empujar la polla. Al final, él solo lava y guarda la herramienta, mientras la putita queda satisfecha pero con el culo ardiendo y lacerado.
Ingrese el nombre de usuario o correo electrónico que utilizó en su perfil. Se le enviará un enlace de restablecimiento de contraseña por correo electrónico.