Fue fácil

Por primera vez en 40 años, liberó a su compañero que goteaba. Todo el mundo sabe que en los círculos de amigos en un bar, las conversaciones sucias ocurren de forma muy natural. Es como quién se comió a quién, entró en el coño de quién, se corrió en el culo de quién. Las bragas son muy traviesas y les encanta alardear. Esto no es del todo malo y crea libertad sexual, lo que fomenta juegos diferentes. Fue durante una de estas que surgió la duda en la cabeza del hombre maduro: El placer de “quemar el donut”. Algunos decían que debería dar más dolor que placer, otros no, hasta que 40 decidieron probarlo, sólo por “curiosidad”. PD: si el vídeo no se reproduce al principio, actualice el navegador presionando Ctrl+R.