El gordito me pidió un regalo en su cumpleaños: cómete mi culo de pollo asado. El chivo lo evitaba, temiendo arruinar la amistad, pero en el fondo sabía que llegaría el día de hacer al gordito. Y llegó el día, el del cumpleaños de la pareja. Hubo fiesta, tarta sorpresa y todos se divirtieron. Pero pronto la casa quedó vacía, solo ellos dos. El chico decidió disculparse por no haber traído un regalo pero escuchó de su amigo: relájate, mi regalo está entre tus piernas. Cómeme pollo, así puedo mirar mientras me jodes...
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