¡Un montón de nudos ciegos!

A un mecánico le toman las huellas dactilares en su toba por 200 reales. Gente con manos peludas, presten atención a estos locos. En esas apuestas tontas entre heteros divertidos, al mecánico le proponían el desafío de darle un golpe al fiofó por doscientos reales. Nadie imaginó que el bastardo aceptaría tal humillación pública, pero nunca es un mal momento para una cabra ciega. Su pareja le lubricó el dedo con grasa y con cámaras preparadas para filmar el hecho, lo enterró en el culo virgen del casado que saltó de dolor. El otro ya gritó: Se hizo toro a R$ 200 reales, jajaja. Este tipo se embolsó el dinero pero tendrá que aguantar burlas durante el resto del año en el trabajo.